D. F. Sarmiento y su Legado Masónico.

11.09.2014 17:53
El presente trabajo tiene por objeto sacar a la luz un aspecto por demás interesante de la personalidad de Domingo Faustino Sarmiento, como lo fue su pertenencia a la Francmasonería. En tal sentido me resulta de interés realizar una breve reflexión sobre los principios y postulados que dieron origen a la existencia de esta “Institución filosófica” desde los tiempos.
La Masonería es definida como una Institución: “Filosófica, Filantrópica y Progresista” que ha servido como fuente formadora de ciudadanos de nuestro país y del mundo en la Virtud y el Deber. Entre sus principios podemos destacar: LA LIBERTAD, LA IGUALDAD, Y LA FRATERNIDAD, que nos ubican temporalmente junto al Iluminismo o Ilustración que se plasmó con la Revolución Francesa, para terminar con el “Oscurantismo Medieval”. Además en el caso de la Masonería Argentina “Ciencia, Justicia y Trabajo” constituyen un Lema a ser observado por todos sus miembros.
Entre los propósitos más elevados de la Francmasonería se encuentra la “Búsqueda de la Verdad”, basándose para ello en “La Razón”, como vehículo para llegar a tal fin, sin perder nunca la idea de “Progreso”.
Por último la Francmasonería tiende a lograr la perfección del individuo, para que estos luego actúen en el medio “Profano” bajo los principios que dan lugar a la “Moral Masónica”, con el fin de lograr el bienestar de sus semejantes. A la “orden Masónica” han pertenecido grandes personalidades del mundo y de nuestro país. En este sentido muchos prohombres que han contribuido a sentar las bases de nuestro Estado han sido miembros de la Francmasonería, Sarmiento es un claro ejemplo de lo antes dicho y él como todos los masones que han participado de la vida pública han intentado siempre construir un sendero que nos lleve a un constante progreso dentro de un marco Fraternal que posibilite la convivencia humana.
Domingo Faustino Sarmiento fue un modelo de humanidad al servicio de sus semejantes, que podemos resumir en sus dotes de estadista y maestro.
La historia de la organización nacional de nuestro país se encuentra estrechamente ligada a su figura, éste basándose en los ideales que dieron lugar a la revolución de mayo luchó incansablemente en la unificación de su patria soñada. Las ideas eran para Sarmiento el origen y punto de partida de toda civilización libre, por ello consagró su vida a difundir la educación, la palabra exacta, y favorecer el conocimiento. Su temple se puso de manifiesto en la consecuencia con su ideario, que le permitió aún en su exilio de Chile fomentar actividades pedagógicas y combatir el régimen rosista.(1)
Desde pequeño demostró interés por la lectura, tomando contacto con diversas obras clásicas entre las que se destacan: Cicerón, César y los filósofos de la ilustración, de esta manera irá puliendo su espíritu de acción y su amor desmedido hacia la libertad. Además el racionalismo ocupará un lugar importante en su estructura interna, que lo mostrará a través del tiempo como un constante e inquebrantable predicador de la importancia que tiene la educación para el progreso de un país.
Retomando su paso por Chile, que formó parte de la dura vida que el prócer vivió, y a pesar de ello, el maestro de América, aprovechará su estadía para publicar sus ideas en la prensa, transformándose en un prestigioso columnista de diarios tan importantes como La Prensa, Crónica, y El Mercurio. Otra actividad que desarrolló fue la implementación de sistemas pedagógicos con el fin de lograr una educación masiva y laica. Sarmiento decía sentir compasión por la ignorancia y amor por la verdad, tal vez esta idea fue el móvil que lo modeló como educador. También en Chile Sarmiento organizará la “Sociedad Literaria”, una similar a la existente en Buenos Aires, que fue la “Asociación de mayo” que fundará Esteban Echeverría. Lugones en su Historia de Sarmiento al referirse a la Asociación Literaria la considerará una “Logia Romántica” donde conviven el interés por la literatura y el deseo de libertad.
Sarmiento volverá al país y asistirá al triunfo de Caseros que liquidará el régimen rosista. Pero vuelve a Chile, sus diferencias con Urquiza son notorias. En su “nuevo exilio” tomará contacto con la Masonería. En el mes de julio de 1853 en la ciudad de Valparaiso un grupo de intelectuales chilenos funda una logia, a la cual denominan “UNION FRATERNAL”. En este taller se iniciará Domingo F. Sarmiento, un 31 de julio de 1854, junto con otros compatriotas entre los que podemos destacar a José Manuel Moreno y Domingo Rodriguez Peña. Esta logia es considerada “Nacional” al separarse de las ya existentes que eran francesas y americanas. En consecuencia los trabajos en “Unión Fraternal” se realizarán en castellano.(2)
Sarmiento regresa al país convencido de que la masonería es la escuela ideal para la perfectibilidad Humana. En este sentido el 29 de diciembre de 1855 funda junto a otros 14 masones la logia UNION DE PLATA N° 1, entre sus miembros se destacan: Miguel Valencia(abogado y legislador); Ricardo Lavalle(Presidente de la Legislatura y de la Bolsa de Comercio); Santiago Rufino Albarracín(Ministro de Guerra y Marina); Federico Alvarez Toledo(fundador de la Sociedad Rural); Carlos Casares(gobernador de Buenos Aires). Para llevar adelante la primera “tenida” fue electo para presidirla el Dr. Miguel Valencia, ocupando Sarmiento el cargo de Orador.(3)
La formación de otras logias como: Confraternidad Argentina N° 2; Consuelo del Infortunio N° 3; Tolerancia N° 4; Regeneración N° 5; Lealtad N° 6 y Constancia N° 7, darán lugar en 1857 a la fundación del Supremo Consejo y Gran Oriente para la República Argentina que presidió el Dr. José Roque Perez.
En este marco el 21 de julio de 1860 se realizó la “tenida Histórica” la cual fue presidida por el Gran Maestre Dr. Roque Perez, y de la reunión participaron: El Presidente de la República Santiago Derqui; el general Bartolomé Mitre; el gobernador de Entre Ríos Justo José de Urquiza; y Domingo F. Sarmiento, todos masones, en esa ceremonia todos juraron solemnemente sobre la Escuadra y el Compás comprometerse por todos los medios posibles, a la pronta y pacífica constitución definitiva de la Unidad Nacional. Es importante destacar que todos se encontraban investidos con las insignias que corresponden al grado 33, ya que habían sido exaltados en una sesión extraordinaria llevada a cabo el 18 de julio de 1860.(4)
Pero la actividad masónica de Sarmiento seguirá siendo de gran importancia, tanto para la Orden, como para la pacificación del país, siendo consecuente con el juramento realizado. En este sentido en 1864 es designado ministro embajador de nuestro país ante los Estados Unidos de Norteamérica, también se le otorgará la representación de la Masonería Argentina ante los Supremos Consejos y Grandes Logias con la facultad de celebrar tratados de amistad en el país del norte. Esto permitió a Sarmiento vincularse con grandes personalidades públicas pertenecientes a la Masonería, entre los cuales se destaca el Presidente Andres Johnson, quien en una visita que Sarmiento realizara a la logia de Massachussets le obsequió una joya masónica. En su corta estancia en París, con motivos de asistir a la exposición internacional de 1867, cumplió la misma tarea de embajador de la masonería argentina.
Mientras Sarmiento desarrollaba todas estas actividades en el exterior, en nuestro país comienza a agitarse el mundo político, ante la renovación presidencial que debía llevarse a cabo para el período 1868-1874. El diario “La Tribuna” lanza la candidatura de Sarmiento, Urquiza es otro candidato, mientras el presidente Mitre realizará esfuerzos en favor de Elizalde y Rawson. Poco a poco se suman las voluntades en favor del sanjuanino como por ejemplo la del general Lucio Mansilla. Llegado el momento esperado el colegio electoral se reunió el 16 de agosto de 1868, una vez conocido el resultado definitivo, Sarmiento obtiene 79 sufragios de los 131 votos válidos, obteniendo una cantidad suficiente para ser electo presidente, su vicepresidente será Alsina quien obtendrá 83 votos en el colegio electoral.
Sarmiento tomará conocimiento de estos resultados a su llegada a Río de Janeiro de regreso a la patria en momentos de recibir los homenajes de la fragata norteamericana “Guerrior” que se encontraba en el mismo puerto, la cual disparó 21 cañonazos en su honor. Cuando Sarmiento llega a Buenos Aires es recibido por sus partidarios, en esa oportunidad pronunciará un discurso del cual se desprende una frase histórica: “Necesitamos hacer de toda la república una escuela”.
La gestión de Sarmiento puede caracterizarse como ejemplar, más allá de las dificultades que se presentaron entre las que podemos destacar: la fiebre amarilla en Buenos Aires; inundaciones en las provincias; el cólera en Corrientes; y hasta un atentado contra su persona en agosto de 1873. Pero a pesar de estos contratiempos Sarmiento cumplirá con su programa donde el progreso y la educación tendrán un lugar relevante. En este sentido fundará un sin número de colegios nacionales en las provincias, ingresará al país docentes de enseñanza normal que provienen de los Estados Unidos; fundará el Colegio Militar; con el fin de cimentar definitivamente la instauración de un ejército nacional; dará un gran impulso a la conformación de Bibliotecas Populares, siendo conteste con su lucha contra la ignorancia, según el prócer “un mal que sólo favorece a tiranos y fanáticos”. En Córdoba se pondrá en funcionamiento un Observatorio Astronómico y la Academia de Las Ciencias. Además fundará la Escuela Naval.(5)
Si bien la educación será el rasgo distintivo de su gestión presidencial, hubo elementos fundamentales que acompañaron esta acción, como fueron la gratuidad, el laicismo y la obligatoriedad de la misma, constituyendo un modelo educativo que perdurará a través del tiempo. La humildad de Sarmiento quedará puesta de manifiesto cuando al finalizar su mandato presidencial acepte el cargo de Director General de Escuelas de la provincia de Buenos Aires desde donde trabajó para la elaboración de la ley de educación común de 1875.(6)
Sarmiento siempre bregó por la Tolerancia, sobretodo en el campo de las ideas y la religión, y en cuanto al catolicismo expresaba que había que extirpar lo que éste predicaba al sólo apuntar a la salvación individual del hombre, así aislado entre el cielo, la tierra y el infierno. En un país como el nuestro donde la implementación de políticas favoreciendo la inmigración, que trajeron como consecuencia la conformación de un crisol de razas, idiomas y religiones, sólo cabe esperar un sueño, que implica un abrazo fraterno que sirviera para la consolidación de la unión nacional definitiva. Así entendía Sarmiento la tolerancia, y tal desarrollo hizo de la misma que cuando fue electo presidente de la república en un Banquete que los Hermanos Masones le brindaron en su honor manifestó:
“Llamado por el voto de los pueblos a desempeñar la primera magistratura de una República que es por mayoría de Culto Católico, necesito tranquilizar a los timoratos que ven en nuestra institución una amenaza a las creencias religiosas. Sí la Masonería ha sido instituida para destruir el culto católico, desde ahora declaro que no soy Masón”.
“El Presidente de la República Argentina debe ser por la Constitución Católico, Apostólico y Romano, como el Rey de Inglaterra debe ser protestante, Cristiano, Anglicano. Este requisito impone a ambos gobiernos sostener el culto respectivo y proceder lealmente para favorecerlo en todos sus legítimos objetos. Este será un deber, y lo llenaré cumplidamente. Un hombre público no lleva al gobierno sus propias y privadas convicciones para hacerlas Ley y regla de Estado”.
“Los Masones profesan el amor al prójimo sin distinción de nacionalidad, de creencias y de gobierno y practican lo que profesan en toda ocasión y lugar. Hechas estas manifestaciones para que no se crea que disimulo mis creencias, tengo el deber de anunciar a mis hermanos que desde hoy en adelante me considero desligado de todo de toda práctica o sujeción a estas sociedades. Llamado a desempeñar altas funciones públicas, ningún reto personal ha de desviarme de los deberes que me son impuestos. Simple ciudadano volveré un día a ayudaros en sus tareas filantrópicas”.(7)
En este momento Sarmiento se aleja momentáneamente de la Orden, en la seguridad de la difícil tarea que le espera y en el convencimiento de que debe gobernar para todos los argentinos más allá de la firmeza de sus íntimos ideales y sólidas virtudes.
Al prócer le esperan aún nuevos desafíos, el 18 de abril de 1882 se afilia a la logia Obediencia de la Ley N 13.(8)
En el año 1882 la Masonería Argentina debe elegir sus autoridades para cubrir el período 1882-1885. La sesión se desarrolló el 19 de abril de 1882, una vez abiertos los trabajos el presidente del colegio electoral, Dr. Leandro Alem solicita a sus secretarios J. Mac Lean y J. Montero que verifiquen los poderes y diplomas de los delegados, tal cual lo establece la constitución. Seguidamente se dio lectura a la nómina de delegados y se procedía a comenzar con el acto eleccionario. La intervención de Otto Recke en ese momento fue para realizar la moción de que se vote en una sola vez por todos los cargos. Como contrapartida una moción distinta presentó Rafael Hernandez, lo que originó un debate. Luego de una breve discusión se aprobó la moción de Recke. A continuación se designó para conformar la comisión escrutadora al propio Recke y C. Ezcurra. Además se designa maestros de ceremonia a Pedro Mallo y Juan Rayces, la función de los mismos es recoger los boletines de votación. Los votantes fueron 65, igual cantidad de personas acreditadas, y una vez terminado el escrutinio, el resultado fue el siguiente:
Domingo F. Sarmiento: 44 Votos
Leandro Alem: 47 Votos
Valentín Blanco: 45 Votos
Martín Beruti: 38 Votos
Julio García: 44 Votos
Aníbal Blossi: 61 Votos
Fidel Lopez: 15 Votos
Rosario Grande: 28 Votos
Carlos Brown: 19 Votos
Joaquín Crespo: 19 Votos
José Montero: 17 Votos
Luis Mac Leng: 21 Votos
Juan Gaumont: 12 Votos
Miguel Arechevala: 15 Votos
Matienzo: 5 Votos
J. Rayces: 4 Votos
Juan Lopez: 1 Voto
Pascual Berracochea: 2 Votos
Pedro Mallo: 3 Votos
Miguel De Luca: 1 Voto
Rafael Calzada: 1 Voto
Teófilo Mendez: 1 Voto
C. de Ezcurra: 2 Votos
Vicente de Cusatis: 1 Voto
Carlos Urien: 10 Votos
Laureano Oucinde: 1 Voto
Carlos Rojo: 10 Votos
De esta primera votación surge que obtienen mayoría absoluta los siguientes Hermanos Masones:
Poderoso Hermano: Domingo F. Sarmiento
Respetable Hermano: Dr. Leandro Alem
Ilustre Hermano: Dr. Valentín Blanco
Poderoso Hermano: Dr. Martín Beruti
Respetable Hermano: Dr. Aníbal Blossi
Respetable Hermano: Julio García
Seguidamente se procedió a la elección de un nuevo miembro con el fin de completar los 7 que integran el directorio. Al no obtener ninguno la mayoría se realiza una nueva elección entre los dos más votados, del cual surge que Manuel Arechavala contó con 24 votos contra 34 que obtuvo Rosario Grande, este ocupó el cargo que completaría la conformación del directorio.
Resumiendo: el nuevo directorio que quedó conformado por quienes obtuvieron la mayoría absoluta de la siguiente manera:
Gral. Domingo F. Sarmiento (Gr. 33)
Dr. Leandro Alem (Gr. 18)
Dr. Valentín Blanco (Gr. 30)
Dr. Martín Beruti (Gr. 33)
Dr. Aníbal Blossi (Gr. 18)
T. Cl Julio García (Gr. 18)
Sr. Rosario Grande (Gr. 18)
Como la reunión sólo tenía por objeto llevar adelante la elección se procedió a levantar la sesión.(9)
Sarmiento accede a el mayor honor que la Masonería Argentina puede otorgar, el cargo de Gran Maestre. En este sentido el 12 de mayo acepta su designación al cargo, será acompañado por ese gran luchador de la democracia y la libertad que fue Leandro Alem, quien ocupará el cargo de Pro Gran Maestre. Un hecho curioso para destacar es que Alem obtuvo tres votos más que Sarmiento, si bien la elección era por todos los cargos a la vez.
Con motivo de su instalación, Sarmiento pronunciará un discurso que posee un alto valor doctrinario desde el punto de vista masónico, indicando además un decálogo de virtudes que a su entender deben acompañar al masón. Sarmiento hace las siguientes referencias:
“Nuestra Orden, para llenar su misión de paz, no impuso una creencia especial, ni exigió a sus aprendices que al pisar la puerta del templo, abjurasen de la religión de sus padres. Se nos ha inculpado de que no tenemos religión, que somos deistas cuando más. Es no conocer los santos propósitos de unión entre los hombres. La hermandad Humana, de que formamos parte, a fin de unir a sus miembros en la caridad y el amor, no les pregunta sino si creen en un Grande Arquitecto del Universo y en la alma inmortal, porque estos son los puntos en que todas las religiones están de acuerdo”.
“El objeto de la masonería es promover en la sociedad la tolerancia recíproca en materias religiosas, y oponerse sin violencia, sin trastornos al predominio y poder que quiera una creencia ejercer sobre otras, a fin de que todos vivamos en paz”.
“De diversas formas de gobierno. El Masón prefiere en su pecho a aquella que más cerca a su ideal de justicia, de igualdad, y perfección. Pero no derroca gobiernos, ni conspira contra los establecidos, como se ha pretendido; sino que trabaja incesantemente en perfeccionarse a sí mismo , en la práctica de las virtudes masónicas, para que su ejemplo en la familia, en la sociedad, en el Estado una y mejore al pueblo y lo haga digno y capaz de merecer y conservar su libertad”.
“El Masón propende con todos sus medios a difundir las ideas de tolerancia y libertad, y hacerlas triunfar en la dirección del Estado, por los medios legítimos, a fin de que reine la paz en la tierra, y los pueblos sean libres y felices”.
“Somos arquitectos, y reconstruimos la sociedad humana, bajo el plan del Gran Arquitecto del Universo que hizo iguales a todos sus hijos. Reparando las ruinas, poniendo cada piedra en su lugar. Para ello nos ejercitamos prácticamente en el ejercicio de las virtudes masónicas”.
“Debemos pues educar a nuestros hijos; y como masones, trabajar para que la ignorancia del otro y de otros no dañe a los nuestros ni a los otros, porque la ignorancia es el instrumento del despotismo y del fanatismo. Hacer que no haya un ignorante en una nación, es el objeto y fin que han alcanzado muchos en la tierra, obtenerlo en nuestro país será el blanco de los trabajos de todos los hermanos en todo este Gran Oriente y sus diversos valles”.
“Trabajemos para traer la educación al buen camino; pero oid mis palabras ó hermanos, la de los masones es una aspiración al bien, sin violencia, sin perturbar el orden público, sin defender ni atacar las creencias religiosas porque precisamente el Masón no las profesa sino hasta el reconocimiento de un Grande Arquitecto y la inmortalidad del alma, para que quepan en su seno todos los cultos, y se reúnan en su templo todos los que adoran al ser supremo de todas maneras”.
“No hay escuelas masónicas, aunque podemos construir edificios para que se funden escuelas, a que asistan todos los niños necesitados de un alma educada, y un corazón sano”.(10)
Problemas de salud obligan al gran maestro a renunciar a su cargo en 1883, siendo reemplazado para completar el trienio por el Pro Gran Maestre Leandro Alem. Estos inconvenientes sanitarios se acentúan, y en la búsqueda de un clima más benigno para sus dolencias en 1887 se traslada al Paraguay.(11)
El día 11 de septiembre Sarmiento fallece, en sus últimos días éste se niega a recibir asistencia religiosa y ordena a su hija la no concurrencia de un sacerdote católico a su lecho de muerte, agregando:
“Yo nunca he molestado a mi familia tienen al menos ahora la posibilidad de devolverme esa tolerancia”.
Al pasar a la inmortalidad se cumple con el deseo de que su cuerpo sea envuelto con las banderas argentina, paraguaya, chilena y uruguaya. Antes de ser trasladado hacia la Argentina Sarmiento recibe las honras fúnebres de la Masonería del Paraguay. Al llegar sus restos al puerto de San Nicolás el Dr. Agustín P. Justo en representación de la Masonería Argentina le rinde los honores correspondientes. Sarmiento fue inhumado en la ciudad de Buenos Aires, donde se realizan los últimos homenajes, en esta ocasión el Dr. Carlos Pellegrini será el orador designado a tal efecto.(12)
Consideraciones finales
Sarmiento, es sin duda una de las personalidades más importantes de la Historia Argentina, y a la vez la más polémica, de acuerdo al juicio de diferentes historiadores. Más allá de estas valoraciones, podemos apreciar que el “Maestro Sanjuanino” poseía un perfil filosófico que la Francmasonería le proporcionó en gran parte. Esto le permitió adquirir un gran sentido universalista, como así también entender la importancia de valores tales como “Progreso, Tolerancia y Modernización”. En tal sentido él creyó que la única manera que tiene un país de lograr un desarrollo armónico es a través de la Educación y la Soberanía Popular. Su lema fue “Educar al Soberano”, con el fin de terminar con la ignorancia que sólo favorece a los déspotas.
Sarmiento siendo conteste con una de las principales Virtudes Masónicas como lo es la “Tolerancia”, cuando llega el momento de asumir la Presidencia de la República, se alejará transitoriamente de la Masonería. Hay una doble actitud en esta decisión: primero ser respetuoso con la Constitución y con el credo religioso de la mayoría de los argentinos, y segundo no favorecer por encima de los intereses del Estado ni a la Orden Filosófica a la cual pertenece, ni a sus íntimas convicciones. Una ligera mirada a su gestión como gobernante nos mostrará una sintonía con las Virtudes Masónicas, en decisiones políticas tales como la idea de progreso, y la incansable lucha en favor de la educación común igualitaria como así también en favorecer el desarrollo de las ciencias.
Es importante señalar que la Masonería Argentina siguió con su actividad filantrópica durante la presidencia de Sarmiento, colaborando humilde y discretamente. Ejemplo de ello fue la acción concreta de la Orden en momentos de que el país se encontraba envuelto en dos epidemias, que mayormente afectaron la ciudad de Buenos Aires: cólera en 1868 y fiebre amarilla en 1871. En ambas ocasiones miembros de la Masonería, cuando muchos morían y otros abandonaban la ciudad, formaron una comisión de ayuda a las víctimas, demostrando un sentido virtuoso de la solidaridad. En dicha acción fallece otro ilustre Masón, el 26 de marzo de 1871, víctima del flagelo, nos estamos refiriendo a José Roque Perez, quien fuera el primer Gran Maestre de la Masonería Argentina.
César Arrondo
(UNLP)

Citas

  1. LUGONES, Leopoldo: HISTORIA DE SARMIENTO, Bs.As., EUDEBA, 1960, Cap. IV.
  2. SIMBOLO: Organo Oficial de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones, N°67-68, Bs.As., 1968, Año XIII.
  3. IBIDEN.
  4. BOLETIN OFICIAL: del Supremo Consejo y Gran Oriente para la República Argentina, Bs.As., 1882.
  5. LAPPAS, A.: LA MASONERIA ARGENTINA A TRAVES DE SUS HOMBRES, Bs.As., 1966, P.356.
  6. LUGONES, Leopoldo: Op. Cit., Cap.VI.
  7. DISCURSO MASONICO DE SARMIENTO DEL 29/9/1868, en: TODO ES HISTORIA, Bs.As., Noviembre de 1982.
  8. LAPPAS, A.: Op. Cit., P.356.
  9. BOLETIN OFICIAL DEL SUPREMO CONSEJO: Op. Cit.
  10. DISCURSO MASONICO DE SARMIENTO, Mayo de 1882, en: LA PALABRA DE LA MASONERIA, Bs.As., 1982.
  11. LUGONES, Leopoldo: Op. Cit., Cap.III.
  12. LAPPAS, A.: Op. Cit., P.356.

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